No es la primera vez que en México el gobierno y las empresas fomentan el consumo de los productos y marcas Hechas en México. Ante la tensa relación actual entre México y Estados Unidos, la posición débil del gobierno mexicano y la entrada de Trump a la presidencia de USA con todas sus repercusiones las aguas se han tensado. El consumidor está temeroso y expectante ante la incertidumbre de los gasolinazos, la subida de precios, y, el efecto de Trump en el empleo, NAFTA, las remesas y los inmigrantes.
En las últimas décadas, los intentos tanto del gobierno como de ciertas empresas y grupos de consumidores por consumir lo mexicano han tenido repercusiones muy pequeñas en los hábitos de consumo de los mexicanos, en realidad no han temblado las marcas americanas o extranjeras, y han sido segmentos minoritarios los que han llegado al boicot de marcas americanas, o solo lo han hecho momentáneamente. Porque como siempre, los consumidores no están dispuestos a perder lo que desean, lo que les satisface, les genera status o placer.
Además, una diferencia con el pasado es que en un mundo globalizado es difícil detectar realmente dónde está hecha o de dónde es una marca; ya que puede tener un origen Estadounidense, pero dar empleo a mexicanos, estar ensamblada en Vietnam, tener su centro de innovación en Alemania, y que sus accionistas mayoritarios sean de 46 países.
Pero vale la pena pararnos a ver si el ánimo de grupos de consumidores, asociaciones, gobierno y empresas hacia consumir lo mexicano crece o termina en algo del momento. El Universal y muchos medios publicaron la nota del llamado en redes sociales a consumir lo mexicano.
http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2017/01/20/llaman-en-redes-boicotear-productos-de-estados-unidos
Lo importante de las tendencias -y esta vez particularmente por el escenario actual- es ver como van evolucionando y si los fenómenos que están pasando son algo pasajero o algo que se consolida.
Hasta el momento, el consumo de lo hecho en México y el boicot comunicado en las redes sociales contra marcas estadounidenses no han calado de la forma que se cree, se ha dado sobretodo una respuesta emocional -generalizada- de orgullo, de defender lo nuestro, de rechazo a los muros y de rechazo a empresas y personas que muestren una actitud despectiva o crítica hacia nuestro país, pero habrá que seguir viendo cómo se va moviendo el tema en nuestros tiempos digitales.
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